Tenemos el placer y también el honor de compartirles esta entrevista…en este caso la de un gran referente de nuestro equipo ocupado en indagar sobre la educación a lo largo de la vida: las palabras nos llegan desde Granada, España. Retirado de la actividad laboral -Profesor Titular de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada- pero no de la actividad profesional -sus palabras siguen resonando desde su formación como Licenciado en Psicología, y Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, tampoco retirado de su actividad social o afectiva -ya que sigue con su incansable tarea de transmitir conocimiento y experiencia, y con su calidad y calidez humanas intactas, el Dr. Jesús García Mínguez nos deja en palabras razones y emociones sobre cómo está viviendo este tiempo de pandemia…Compartimos, además de sus palabras, imágenes que nos son muy caras al recuerdo y la vivencia compartida: Él emprendió y lideró junto con autoridades y docentes de la UNRC y del PEAM una entrañable aventura ilusionada por conquistar mentes y corazones en pos de seguir revalorizando la vida vivida y la vida por venir en clave educativa. Entre los años 2008 y 2015 se mantuvieron contactos, se concretaron proyectos de viajes y formaciones, entre el Dr. Mínguez y su equipo de la Universidad de Granada y la UNRC. Este intercambio fue fructífero en formación específica para el trabajo educativo con personas mayores y aún resuenan los ecos de esos encuentros. Rescatamos algunas imágenes que lo atestiguan y de dos libros: Uno que nos llevó a conocer su obra…el otro, fruto de esos intercambios que nos enseñó a revalorizar aún más la vida…Ya lo diría él tan proféticamente ensayando nuevos caminos: “la prueba del progresivo deterioro biológico o sensorial se ve compensada con la acumulación de herramientas y vivencias personales o colectivas. Aquello de ´gracias a la experiencia vivida´, maestra suprema en todas las disciplinas, cobra ahora pleno sentido”. (Libro: La Educación en personas mayores, ensayos de nuevos caminos, 2004, pag.82-83).
Gracias Jesús por tus generosas respuestas!!!
1.- ¿Cómo está viviendo esta cuarentena?
Durante la pandemia he encontrado la oportunidad de ajustar cuentas con el pasado. Aunque el encierro parezca una máquina para aburrimiento conducido por la privación de libertad y dignidad, no obstante me ha ofrecido espacios para revisar fotos, ordenar escritos dispersos, ajustar apuntes personales, retomar lecturas con notas y subrayados, organizar definitivamente la memoria. Y en medio de todo el desaguisado las notas, papeles, registros, han llegado a descubrir que, frente al peso de los años, lo malo no es perder la memoria, cuanto que el pasado me olvide. Con gran satisfacción, he llegado a la conclusión de que los recortes de la historia son testigos, unas veces de lo quería ser sin pasar los umbrales de las puertas y otras testigos de un trazado visible del sentido de mi vida.
2.- ¿Qué sentimientos genera?
El universo se ha puesto del revés: he visto venir al virus como un invasor cuya fortaleza ha puesto al descubierto mis debilidades: su invisibilidad es proporcional a su traidor poderío. Si creía haber ganado libertad hoy siento haber perdido seguridad, si pensaba que la relación entre familiares, amigos, compañeros, compatriotas, era un obsequio, hoy estimo que el contacto con el otro es una amenaza, si la intercomunicación era el gran logro de nuestro tiempo, hoy es una preocupación. Estimo que ha habido un exceso de prepotencia por parte mía y del ser humano; cuando al cruzarme en la calle con el vecino o cualquier otra persona y tengo que esquivarle con al menos un metro de separación me parece que le estoy culpando de enemigo o apestado. Han estallado los eslabones de la confianza, la amistad, la solidaridad. Se dice que los cambios suelen venir precedidos de pequeños temblores, pero el terremoto del coronavirus ha puesto al descubierto algo tan evidente como mi orgullo y fragilidad el ser humano, también ha logrado poner al mundo patas arriba.
3.- ¿Recuerda haber vivido una situación similar?
Tal vez más de una persona entrada en años recuerde la Gripe Asiática. Tuvo lugar entre los años 1957 y 1958; llamó a las puertas de todos los continentes, empezando por Asia (Yunán, China), pasó a África, Europa y América, con una rápida extensión a imagen y semejanza del Covid19. No obstante a diferencia de la presente pandemia su propagación se cebó en niños, adolescentes y jóvenes. Se calcula que el número de fallecidos ascendió a 1.100.000 en el mundo; en España se habla de 10.000 defunciones. Su alcance social, económico o cultural lo desconozco porque a la época el mundo, mi mundo de un adolescente, era un pueblo de 500 habitantes, aunque las crónicas certifican que la Gripe Asiática, puso a prueba” el sistema sanitario mundial” y trató sin ninguna consideración la economía de todos los países.
4.- ¿Qué sentido tiene para Ud. Este evento desde los aspectos económico, social, cultural, ético, espiritual?
Es un fenómeno generalizado: todos los medios de comunicación, escritos, audiovisuales o radiofónicos, todos ocupan extensos espacios y tiempo dedicados a los efectos de la pandemia sin atreverse a predecir sus alcances. No obstante la abundante información, cabe recordar el pensamiento atribuido por Platón a su maestro Sócrates; “sólo sé que no sé nada”. Del Covid19 no se conoce más que su extensa expresión cuantitativa en fallecimientos y contagios, es decir, lo que está pasando en el mundo. Ahora bien, respecto a las características de su naturaleza y evolución las certezas científicas son escasas, tampoco se sabe cuánto durará y lógicamente cuál será la incidencia en las actividades económicas, sociales, culturales, éticas, religiosas. Ante un panorama de incertidumbre nadie se atreve a mirar al futuro con cifras concretas y fundamentadas. Se pueden hacer comparaciones con otras epidemias como la Gripe Española de 1918, el agente SARS, aunque parece ser que ninguna epidemia es comparable al coronavirus por su alcance mundial.
De todas maneras ya se está viendo que el confinamiento ha destruido miles de pequeñas empresas, millones de puestos de trabajo destruidos, cierre de centros culturales, cortes de proyectos culturales, fractura en las relaciones sociales, impacto en los mercados de valores. La situación podría equipararse a la crisis generada por la II Guerra mundial con más de 60 millones de muertes, ciudades destruidas, Europa en ruinas; pero después se construyó un gran proyecto transformador y en los países occidentales se perfiló el Estado del Bienestar, un modelo de convivencia sin equivalente en la historia de la humanidad con unos niveles de igualdad muy notables. ¿Eso abre una perspectiva de cambio ilusionante? Puede que sí, aunque es evidente que hoy en día existe una desigualdad muy grande entre las fuerzas económicas, políticas y sociales. Al momento lo que viene detrás de pandemia se desconoce, pero todos tememos un cambio dramático e impredecible con la ralentización de la economía, el incremento de las desigualdades, la distancia de las relaciones sociales escondida tras la mascarilla.
5.- Utiliza las Tecnologías?
En la pandemia las tecnologías han asumido el papel de instrumentos de comunicación. Internet, wathssap, teléfono, correo, electrónico, han servido de medios y estímulos para romper el encierro y, principalmente, para mantener una mirada del entorno con más amor en los ojos.
6.- ¿Qué podría decirles a las generaciones más jóvenes?
Yo ya tengo una edad que no imagino el futuro, pero es cierto que el porvenir tras la epidemia de Covid-19 está en nuestras manos, en particular de los jóvenes: nadie, ni personas ni estados, son suficientes por solos, pero puesto que de la pandemia hemos sobrevivido porque la colaboración de uno nos benefició a todos, así mismo el futuro depende de la disposición de cada uno para asumir la responsabilidad que afecta a todos como ciudadanos, en la convicción de una sociedad menos prepotente y más igualitaria.
7.- ¿Podría ponerle un nombre a este tiempo?
“Atención, pintan bastos”